La Mesa – Grandes De Salime

Esta  etapa es corta de kilómetros pero de perfil muy peculiar.

 

Comienza el camino desde La Mesa en subida durante unos dos kilómetros, para coronar el cordal en el que se sitúa el cercano parque eólico. Se llega enseguida al lugar de Buspol y comienza la fuerte bajada hacia el río Navia, que se prolonga aproximadamente unos siete kilómetros más.

Una vez rebasada la presa del pantano (9 / 10 kms. desde la salida) .quedan entonces otros  siete kms. para subir a Grandas de Salime.

 

Acabamos de dejar atrás el concejo allandés.

La Mesa es una `pequeña aldea que ya está en el municipio de Grandas de Salime. Es cabecera de la parroquia de Santa María Magdalena, cuyo templo, levantado a finales del siglo XVIII, se encuentra  en muy mal estado de conservación. Una parte de la vieja escuela rural ha sido adaptada para acoger a los peregrinos, continuando así la tradición del antiguo hospital. Sus dependencias están muy limpias y acogedoras. Es un precioso lugar para hacer un final de etapa.

 

El minúsculo caserío de Buspol, sigue formando parte de la parroquia de La Mesa. Su única vivienda es heredera de otro hospital que hubo en este lugar. Sobre el solitario paisaje todavía se deslizan los alegres sones de la vieja campana, fechada en el año 1327, que remata la espadaña de la capilla de Santa  Marina. En las dos bandas que la circundan puede leerse: “En la era de MCCCLXV años desde Cristo- Cristo vence, Cristo reina. Cristo impera. Alfa-el primero. Omega-el último.”

 

            Casi inmediatamente comienza el vertiginoso descenso hacia el profundo valle del río Navia, ahora inundado por las remansadas aguas del pantano.

 

Durante muchos años, este tramo del camino, y el impresionante puente por el que se salvaba el desfiladero, era considerado como muy difícil y peligroso por los peregrinos. Discurría, hasta los primeros años del siglo XX hacia Villar de Buspol y el desparecido pueblo de Salime, al que en los escritos de mediados del siglo XIX se describe como “situado en un profundo y estrecho valle rodeado de elevados peñascos…Tiene 30 casas; un hospital de peregrinos y una iglesia dedicada a Ntra. Sra. del Puente…El río Navia corre por la parte occidental del pueblo y sobre él existe un puente de piedra de un ojo de gran elevación, habiéndose construido nuevamente otro de madera para el tránsito de las que bajan de los montes de Baldebueyes con destino a la marina.”

 

            No queda actualmente otro remedio que salvar el cauce por la presa del pantano, cuya construcción fue una ingente obra de la ingeniería de la época. Los trabajos que se prolongaron durante casi diez años, fueron inaugurados en 1954. El edificio de la central fue proyectado por el arquitecto Joaquín Vaquero. En la sala de turbinas, un monumental mural obra de su hijo, el pintor y escultor del mismo nombre, narra gráficamente la historia de su construcción.