Igual que en la etapa anterior, el perfil continúa siendo de abundantes “sube-baja”, en particular al principio y al final, con un tramo central más liso y uniforme.
Como ya hace diez años que no andamos por este camino, ignoramos en que estado se encuentra la señalización, que es posible que presente algunas deficiencias.
Siempre se puede recurrir en última instancia a la antigua N 632, con muy poca circulación y que coincide en muchos tramos con el camino.
Recorre esta etapa, de levante a poniente, la práctica totalidad del concejo de Cudillero, que se extiende desde el riachuelo Grandamena, que lo separa de los de Muros del Nalón y Pravia, hasta el pequeño río Cabo, que marca el límite con el municipio de Valdés.
El camino no llega a pasar por la capital municipal, pero como lo hace muy cerca, para quien no lo conozca, el típico pueblo marinero bien merece un pequeño desvío, para contemplar además del caserío que se agolpa por la empinada ladera, sus típicas calles que descienden en fuerte pendiente para converger en el puerto.
La parroquial de San Pedro, de finales del siglo XVI o la Capilla del Humilladero (S.XIII), a la que acudían los pescadores con sus familias tras librarse de algún peligroso trance marinero. El pueblo dispone desde el año 1984 de un amplio y seguro puerto que lo convierte en un importante centro marisquero.
.
En el lugar de El Pito se encuentra la finca de la familia Selgas, que alberga en su interior un hermoso parque versallesco y un palacio levantado a finales del siglo XIX por los hermanos Fortunato, Ezequiel y Francisca Selgas, nacidos en el lugar y propietarios de la quinta. Ezequiel fue un gran financiero que hizo fortuna con sus negocios en la bolsa madrileña y Fortunato se convirtió en un gran erudito en Arqueología y Bellas Artes realizando numerosos estudios sobre estas materias, relacionados con Asturias. Fue el primero que estudió las pinturas murales de la iglesia de San Julián de los Prados.
El camino arranca por la carretera que desciende hacia Cudillero para desviarse poco después a la izquierda en dirección a Villademar, desde donde continúa por sendas hasta la aldea de Las Dueñas, donde todavía persisten las ruinas de una vieja venta en la que hacía parada y cambio de tiro “La Carrilona”, que así se llamaba la diligencia que hacía el servicio de viajeros por la zona.
En la cercana parroquia de San Juan de Piñera, se venera el Cristo de La Bonanza, llamado así porque, según la tradición, fue encontrado en el mar durante una galerna que cesó al ser recatada la imagen por los marineros.
Tras cruzar la carretera N 632 , el camino llega a Rellayo. Poco antes, en la cima del monte que dejamos a la izquierda, se alcanza a ver la capilla de Santa Ana de Montarés, en la que el 26 de julio se celebra concurrida romería.
Después de pasar Rellayo comienza un pronunciado descenso hasta el fondo del valle, donde se encuentra el puente por el que se vadea el río Uncín, que corre en busca del mar en la cercana playa de la Concha de Artedo, antes de comenzar la fuerte subida para volver a ganar altura.
Hay que cruzar de nuevo la carretera N632, para llegar primero al lugar de Sotomayor y después a Soto de Luiña.
El pueblo conserva un interesante conjunto barroco, formado por la iglesia de Santa María y la Casa Rectoral.
La iglesia fue convertida en parroquia en el siglo XVII, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Humildad. La Casa Rectoral fue importante hospital de peregrinos que refundó, sobre otro más antiguo, el párroco D. Antonio de Bances en 1713, con el nombre de Hospital de Nª Sra. del Rosario..
Soto de Luiña, junto con Novellana, obtuvo en el año 1992, el premio Príncipe de Asturias al `pueblo ejemplar.
Se sale de Soto, en ascenso, siguiendo la antigua carretera 632, hasta que se toma el camino en dirección a Valdredo, donde la capilla de San Salvador alberga una imagen de Santiago y Albuerne,aldea en la que Santa Eulalia, patrona de la diócesis cuenta con una capilla..
Es posible, si el tiempo fue muy lluvioso, que estos caminos no estén en buen estado. En este caso es aconsejable seguir por la vieja carretera..
Antes de llegar a Albuerne, una doble señal indica la bifurcación del camino por Las Palancas o por Las Ballotas, hay que seguir este último en dirección a Novellana, donde encontramos otra de las parroquias asturianas dedicadas a Santiago. El templo actual está construido a finales del siglo XVII, aprovechando materiales de la antigua capilla de Santiago el Mayor.
Desde aquí, por terreno bastante llano, el camino llega a Castañeras, donde hay que salvar una pequeña vaguada para acercarse a Santa Marina y continuar hasta el final de la etapa, por la carretera local.
Ballota es el pueblo natal del gran pintor Dionisio Fierros. En la iglesia parroquial de Santa María, que cuenta con un buen retablo mayor, pueden admirarse dos de sus lienzos: “La Purísima Concepción” y “San Juan Bautista”.