Mogro-Santillana del Mar

La etapa es corta y como el viaje previo tampoco es demasiado largo, lo que permitirá comenzar a andar temprano, esperamos que haya tiempo para comer en Santillana y hacer una breve visita.

 

            El perfil, aunque no es difícil, tiene dos tramaos de subida, el primero al comienzo y el otro a partir de Barreda.

 

Desde la iglesia de San Martín, en Mogro,  hay que seguir el camino asfaltado que sube hacia el cementerio.

            A la salida del pueblo se encuentra la fuente de La Cuela, donde hay que tomar la desviación que baja hacia la derecha y seguir siempre al frente hasta alcanzar la carretera local de Bárcena de Cudón.

 

            Tomando esta carretera hacia la izquierda, hay que andar por ella unos 300 metros, antes de desviase a la derecha por la que va hacia Miengo.

            Al comenzar a descender desde la loma del Humilladero se divisa un bonito paisaje con el mar al fondo y la playa de Usgo.

 

            Cuando ya empieza el llano hay que tomar una bifurcación a la izquierda  que lleva a los barrios de MIñazo y poco después al de Carriazo.

 

            Enseguida se alcanzará una pista de tierra que va paralela a una gran tubería de la fábrica de Solvay; se contempla desde aquí la ría de La Arena y más allá la villa de Suances.

 

            El camino pasa muy cerca del pueblo de Cudón y teniendo siempre como referencia la gran tubería, se llega a Requejada.

            Hay que tener en este tramo, precaución con el teleférico que acarrea materiales para la factoría y que cruza en distintas ocasiones sobre las cabezas de los caminantes. Pueden desprenderse de sus cangilones, alguna de las piedras que transporta.

 

            Cerca de la estación del ferrocarril, llamada Requejada-Polanco, hay que cruzar las vías para salir a la carretera, cerca de la iglesia de San José 

            Siguiendo la carretera, que cuenta con buenas aceras, tras 1,5 km aproximadamente se alcanza el pueblo de Barreda, y  la iglesia de Nuestra Señora.

 

            A partir de aquí el camino presenta otra de las disyuntivas a las que obligan las distintas rías que  hay que salvar durante el trayecto. Hemos andando aguas arriba, hasta  Barreda con el único fin de vadear la Ría de la Arena, formada por el río Besaya.

 

            Este desvío no se hacía antaño porque existía un servicio de barquero para cruzarla, de forma que el peregrino pasaba directamente desde Cudón hasta Cortiguera y continuaban después por Ongayo y Puente Avíos hacia Santillana.

 

            Durante muchos años este servicio estuvo a cargo de la familia Calderón, conocidos por este motivo como los Calderón de la Barca. En el seno de esta familia nació en Madrid a principios del siglo XVII Pedro Calderón de la Barca, el gran dramaturgo del Siglo de Oro español.

 

            Queda entonces la posibilidad de desandar el camino aguas abajo hacia Hinojedo y retomar la ruta tradicional en Ongayo, se recorren lugares de gran belleza, pero supone un rodeo de unos 11 kms. que nosotros no haremos.

 

            Optaremos por continuar directamente hacia Santillana, pero no utilizando la carretera CA 131, que es la principal y soporta un tráfico muy intenso, sino siguiendo un poco más adelante por la que va hacia Suances y girando a la izquierda cuando encontremos la CA 340, una pequeña carretera local mucho más cómoda y segura,  que va hacia Camplengo, donde la ermita está dedicada a San Cipriano, y hay un albergue de peregrinos de propiedad privada.