Bilbao-Ziérbana

La primera etapa discurre a lo largo de la orilla izquierda de la ría de Bilbao, por lugares que fueron en otro tiempo, pequeñas aldeas de pescadores y campesinos, pero a partir del desarrollo industrial del siglo XIX, crecieron rápidamente de forma caótica  y desordenada alrededor de las grandes instalaciones industriales. Es ahora uno de los tramos más desagradables, intrincado y difícil de seguir.

            La tupida trama de carreteras y zonas urbanas que se suceden sin interrupción,  hace bastante complicado el trazado..

            Es totalmente recomendable respetar estrictamente las normas de circulación.

            El perfil es prácticamente liso.

 

Bilbao conserva numerosos vestigios del paso de los peregrinos jacobeos que, bien habían entrado en España por Irún o llegaban al puerto de Portugalete, en naves procedentes de Flandes o de las Islas Británicas.

            El señor de Vizcaya, Diego López de Haro, en el año 1300 otorgó fueros a los escasos 300 habitantes de la orilla del Nervión, permitiendo la celebración de un mercado semanal. En 1334, Alfonso XI les concede el privilegio de obtener 1500 maravedíes anuales para levantar recinto amurallado en torno al embarcadero, la iglesia de Santiago y el casco viejo.

            La Basílica de Nª Sra. de Begoña, patrona de Vizcaya, tiene su origen en los siglos XI y XII y estuvo dedicada en principio a Santiago. El edificio actual data del siglo XVI, aunque la fachada y la torre fueron destruidas durante las guerras carlistas y reedificadas entre 1902 y 1907.

            Desde aquí los romeros bajaban al templo de Santiago, y se acogían a la hospitalidad de la hospedería de la Cofradía de Santiago o en el cercano hospital de los Santos Juanes, en el barrio de Atxuri.

            La iglesia de Santiago, que es el patrono de la ciudad, tiene la categoría de catedral desde el año 1949.

 

A partir de la basílica de Begoña, el camino baja hacia el centro por el paseo del mismo nombre y la calzada de Mallota, sigue por la calle La Cruz, ya en pleno casco viejo, y pasa por la Plaza de Santiago, ante la catedral.

            Continúa por la plaza de los Santos Juanes y el puente de San Antón, por el que se cruza la ría.

            Una vez salvada la ría, hay que seguir por la calle de San Francisco y pasar sobre las vías del ferrocarril, antes de recorrer en toda su longitud la calle Autonomía y entrar en la de Montevideo, para tomar la carretera N 634, por la que hay que andar con todas las precauciones.

 

Ya en las afueras de la ciudad, dejamos a la izquierda, al otro lado de la autovía A 8 y del ferrocarril , el albergue juvenil Aterpetxea y se cruza el puente que marca la divisoria con el municipio de Barakaldo. Unos 600 m más

 

Apartir de la basílica de Begoña, el camino baja hacia el centro por el paseo del mismo nombre y la calzada de Mallota, sigue por la calle La Cruz, ya en pleno casco viejo, y pasa por la Plaza de Santiago, ante la catedral.

            Continúa por la calle de Tendería, hacia la plaza de los Santos Juanes y el puente de San Antón, por el que se cruza la ría.

            Una vez salvada la ría, hay que seguir por la calle de San Francisco y pasar sobre las vías del ferrocarril, antes de recorrer en toda su longitud la calle Autonomía y entrar en la de Montevideo, para tomar la carretera N 634, por la que hay que andar con todas las precauciones.

 

            Ya en las afueras de la ciudad, dejamos a la izquierda, al otro lado de la autovía A 8 y del ferrocarril , el albergue juvenil Aterpetxea y se cruza el puente que marca la divisoria con el municipio de Barakaldo. Unos 600 m más adelante se deja la carretera por una rampa peatonal, se bordea el barrio de Cruces y una pasarela permite salvar el nudo de la doble vía y acercarse a Retuerta.

            De  nuevo por el arcén de la carretera se alcanza la iglesia del Sagrado Corazón.

             Hay que llegar a continuación por las calles de Arteagabeitia y Eguskiagirre,  hasta la iglesia parroquial de San Vicente en el núcleo histórico y monumental de la industriosa Barakaldo.

            Barakaldo fue el germen de la industria siderurgica, primero con la minería y mediado el siglo XIX con la creación de las primeras fábricas que culminaría en 1882 con la constitución de Altos Hornos de Vizcaya, nacida de la unión de las anteriores. La villa creció entonces de forma desmesurada.

            En Barakaldo hay que buscar la carretera a Trapagarán, que pasa junto al cementerio y después sobre el río Galindo por un puente metálico. Se entra entonces en el municipio de Sestao. Después de pasar las vías del ferrocarril se tomas la Gran Vía José Antonio Aguirre, hasta que al final de la misma aparece el Ayuntamiento de Sestao.

            Los cascos urbanos de Sestao y Portugalete están totalmente unidos.

            Las calles de Azeta, Galdames y el paseo peatonal de la ría, llevan a la iglesia de Santa María.

            La villa de Portugalete, fue el gran puerto de la Ría del Nervión en la Edada Media.

            Su ubicación costera, su playa y balneario, llevaron a la burguesía bilbaína a establecer aquí sus residencias veraniegas.

            El famoso puente colgante fue construido en 1893. Su estructura que permite el tráfico de grandes buques fue la primera de su clase en el mundo. Salva los 160 m de ría que separan a Portugalete del municipio de Getxo, en la orilla derecha

            Para salir de Portugalete, desde la plaza del Ayuntamiento, hay que seguir la Avenida de Carlos III hacia la parte alta de la villa, poco después se entra en un cómodo y tranquilo bidegorri (carril bici) que pasa primero bajo la autopista, después por las inmediaciones de los pueblos de Ortuella y Gallarta, que dejamos a la izquierda y Sanfuentes, para tras recorrer unos 12 km terminar la etapa en las cercanías de Zierbana, junto a la playa de La Arena, ya por fin a la orilla del mar Cantábrico.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA