Pontarrón de Guriezo-Escalante

Lo mismo que la anterior, la etapa tiene altibajos pero no grandes desniveles, ya que aunque comienza prácticamente a nivel del mar, apenas alcanza los 200 metros de altitud máxima. Reiteramos que, aunque en la representación del perfil parezcan fuertes subidas, es debido a que las líneas de altura van dibujadas solo con 50 metros de separación.

 

            Una característica muy importante es la abundancia de asfalto. Una vez más recordamos las precauciones que hay que adoptar de forma estricta para andar por el arcén de la carretera.

 

 En el Pontarrón de Guriezo, de nuevo se presenta una alternativa de camino que, aunque en las guías dice que está señalizada, nosotros no seguiremos porque supone un más que considerable rodeo por el valle de Liendo, que alargaría demasiado la etapa.

 

            En otro tiempo los peregrinos y viajeros no tenían más alternativa que contratar a un barquero o remontar el río hasta encontrar el primer vado que permitiese salvarlo. Ahora el “pontarrón” nos evita estos inconvenientes, así que seguiremos la carretera hasta el alto y cuando ya empecemos a bajar, encontraremos el Parque de San Roque. Si se sigue la pista de tierra se llega al núcleo urbano deLiendo y a su iglesia, en la que se conserva una imagen de Santiago. Parece que adosado a ella hubo un hospital para pobres y peregrinos. Más arriba se retoma la carretera, aunque también se puede seguir directamente por ella y pronto se alcanza el mirador desde donde ya se divisa Laredo

 

            Laredo fue ya desde la Edad Media, uno de los principales puertos comerciales del Cantábrico.

            Desde 1200 fue villa de realengo y Alfonso VIII firmó en Belorado el privilegio que le otorgaba Fuero

            Los Reyes Católicos favorecieron a Laredo como el puerto más cercano a Castilla y su relación con la corona fue abundante.

 

            Aquí despidió Isabel en el mes de agosto del año 1496, a la jovencísima infanta Juana (apenas contaba 17 años) que partía hacia Flandes para reunirse con su esposo Felipe y dar comienzo a una apasionada aventura que finalizaría de infeliz manera casi 60 años más tarde en una triste estancia de un palacio de Tordesillas.

            En la Puebla Vieja de Laredo esperó en el año 1517, la comitiva que habría de recibir a Carlos y que por diversas circunstancias acabó desembarcando en el pueblo asturiano de Tazones,  y aquí arribó el Emperador al regreso de su último viaje, en el año de 1556, camino a su retiro en el monasterio de Yuste. 

 

            En la Puebla Vieja, las torres, conventos, palacios y casonas conforman un valioso conjunto histórico, a los pies de la iglesia de Santa María de la Asunción, edificio gótico, cuyo origen se remonta al siglo XIII. Cuenta con el  magnífico retablo flamenco de la Virgen de Belén (siglo XV). De su bóveda central cuelgan un barco y unas cadenas que recuerdan las que los marinos laredanos rompieron en el Puente de Triana, contribuyendo a la conquista de Sevilla.

            La playa de Salvé, en pleno casco urbano, tiene más de 4 km de longitud y es actualmente un gran centro de turismo y veraneo.

 

            Desde Laredo muchos peregrinos cruzaban en barca hacia Santoña y continuaban su viaje por la playa de Berria y las tierras de Ajo, nosotros haremos el camino más directo hacia Colindres, siguiendo la carretera N 634, para cruzar la ría de Treto, formada por la desembocadura del río Asón, por el puente metálico diseñado por Eiffel. En Colindres un albergue municipal proporciona acogida a los caminantes.

 

            Se desvía a continuación el camino hacia Treto, en un tramo que las guías califican como mal señalizado, sube hacia el caserío de Cicero  acercándose a la autovía. Por camino de tierra desciende hacia el barrio de La Bodega y pasa ante el Palacio de Rugada, con capilla adosada dedicada a la Virgen del Carmen.

 

            La ruta continúa por el barrio de San Roque hasta alcanzar la plaza de Gama, un acogedor conjunto urbano presidido por la iglesia de La Purificación.

 

            Siguiendo el arcén de la carretera CA 148, se alcanza la localidad de Escalante, que ofrece un interesante conjunto de arquitectura popular montañesa, donde hoy hacemos el final de etapa.