Cuerres-La Isla

Quizás sea el tramo de camino entre Ribadesella y La Isla el que discurre más cercano al mar, en algunos momentos sobre los impresionantes acantilados y en otros  bordeando las preciosas playas de los concejos riosellano y de Caravia.

             Aparecen ahora, a la izquierda del caminante los altos del Fito y las primeras estribaciones de la cordillera del Sueve.

            El perfil, como en las etapas anteriores, presenta algunos altibajos, que nunca llegan a ser importantes.

 Acabamos de abandonar, a la llegada a Cuerres, el concejo de Llanes para adentrarnos en el de Ribadesella. El límite concejil lo señala el río Aguamía, que se cruza poco antes de llegar al pueblo,  sobre un pequeño puente de piedra.

            En el pequeño núcleo de casas, al borde de la estrecha carretera, recibe al caminante la  iglesia dedicada a San Mamés y la bonita fuente del peregrino, en la que muchos caminantes habrán apagado su sed, aunque actualmente  un rótulo advierte de que el agua no es potable.

            Toriello es otra pequeña aldea, donde en el siglo XVIII hubo una venta para descanso de los viajeros.

            Pronto se empieza a ver, desde lo alto,  a la orilla de la amplia ría del Sella el núcleo urbano deRibadesella, la villa a la que daría carta puebla el monarca Alfonso X hacia el año 1270.

            Su actividad marinera, pesquera y comercial fue intensa desde la Edad Media, al igual que otros puertos marítimos de la zona en torno a la pesca de la ballena, completada a aquí con la  fluvial del salmón.

            El templo parroquial, dedicado a Sta. María Magdalena fue destruido en 1936 y reconstruido posteriormente.

             A lo largo de su vieja calle Mayor se conservan nobles casonas de piedra, entre las que destaca el palacio renacentista de los Cutre, dedicado ahora a Casa Consistorial.

             Desde finales del siglo XV hubo en Ribadesella, por iniciativa del Concejo, que por aquellas fechas  pidió licencia para poner sisa sobre el vino vendido en la villa, con el fin de sufragar las obras de construcción, un “hospital para acoger los pobres e pelegrinos que aportan a la dicha villa”, que estuvo primero bajo la advocación de San Sebastián y más tarde de San Roque.

            No hay en la actualidad ningún establecimiento que continúe la tradición de acogida jacobea, como parece que por la relevancia de la villa sería natural El albergue más cercano se encuentra en Leces, casi 6 kms. más adelante.

             Para salir de Ribadesella hay que cruzar en la actualidad el puente sobre el estuario del río Sella del que no disponían los antiguos peregrinos, que tenían que hacerlo en la siempre peligrosa barca de pasaje del Gremio de Mareantes del puerto.

            Quienes no se decidían a hacer la travesía debían de tomar, para dirigirse hacia Oviedo,  la alternativa de andar río arriba hacia Arriondas , continuar por el valle de Piloña y acogerse a los monasterios de San Martín de Soto de Dueñas, Santa María de Villamayor, el santuario de la Virgen de la Cueva o el desaparecido cenobio benedictino de San Bartolomé de Nava.

 

            Una vez cruzado el puente el camino entra por la calle de Avelina Cerrá hacia el paseo marítimo de la playa de Santa Marina y se dirige hacia la carretera que va a San Pedro y ya en el alto, la aldea deAbeu. Desde aquí se ve a la izquierda la iglesia de San Esteban de Leces, donde está el albergue.

             Se desciende a continuación hacia la aldea de La Vega hasta llegar a la playa. Junto al restaurante La Ballena, girando a la izquierda, por un puente de madera, se sube hacia Berbes, un bonito pueblo que hay que cruzar.

            Entra ahora el camino en el pequeño concejo de Caravia, por el que discurre unos escasos 4 km. antes de acceder al de Colunga, tras salvar el río La Espasa.

             Después de cruzar el pueblo, comienza un tramo de señalización complicada y escasa.

            Primero un par de atajos evitan las curvas de la carretera, pero más tarde la señalización desaparece y no queda otro remedio al caminante que atravesar algún prado y saltar alguna alambrada de espinos antes de bajar hacia el arenal de Morís

             De nuevo aparecen  las señales que encaminan al peregrino por una pequeña carretera que sube hacia la N 632, aunque enseguida, por un camino que se desvía a la derecha, se acerca a la playa de La Espasa .

             Hay que seguir el paseo a lo largo de la playa, para subir de nuevo a la carretera y cruzar el río. 

            Se pasa por El Barrigón, una urbanización de chalés, antes de salir otra vez a la carretera, poco antes del  cruce de la que va hacia Santiago de Gobiendes.

             Por la N 632 se continúa hacia la pequeña población de La Isla, situada al borde de una bonita y tranquila playa, donde hoy finaliza la etapa y donde hay actualmente albergue de peregrinos.