La etapa no es larga y tampoco tiene grandes desniveles. La sierra del Cuera, que va paralela al mar está muy cerca, pero el camino discurre a lo largo de la llanura litoral, por tierras relativamente planas.
Hemos programado el fin de etapa en la pequeña aldea de Cuerres, con el único fin de promediar las distancias.
Lamentablemente la señalización del camino no es buena en esta zona. Presenta algunas deficiencias que inducen a error y hasta en algunos casos dan indicaciones contradictorias. Nosotros continuaremos utilizando, en lo posible, como hicimos para llegar a Llanes, algunos tramos de la senda costera.
Llanes vivió siempre de cara al mar. La abundancia y calidad de los cercanos caladeros, la pesca de la ballena y el comercio de la sal, fueron entre los siglos XV y XVIII buena fuente de ingresos para sus intrépidos y hábiles marinos.
Sin embargo el pequeño puerto situado al abrigo de la desembocadura del río Carrocedo, tardó mucho en desarrollarse. No contó con ningún espigón de protección hasta finales del siglo XIX y hasta los años 30 del siglo XX, no se adoptó la solución definitiva, basada en tres grandes bloques de hormigón, que se fabricaron huecos en el puerto de El Musel y se transportaron navegando hasta su destino, donde se rellenaron de grava y hormigón.
Destaca en su conjunto urbano la iglesia parroquial de Santa María de Concejo, un espléndido templo gótico de tres naves, iniciado en la segunda mitad del siglo XIII, que fue elevado al rango de Basílica Menor en el año 1973; las capillas de La Magdalena y de Santa Ana, así como distintas casonas y palacios levantados por la nobleza local entre los siglos XV y XVIII.
Fuera del recinto amurallado, fundó el presbítero Juan Pérez de Cue en el año 1330, el hospital de San Roque, para albergue de pobres y caminantes, del que únicamente pervive la capilla, situada en la plaza del mismo nombre.
Parece que no hay en la actualidad, por parte de las autoridades, ninguna sensibilidad, para continuar la antigua tradición de hospitalidad, que el número creciente de peregrinos y la categoría de la villa llanisca demandan, ya que a pesar de las numerosas peticiones hechas, muchas de ellas por nuestro recordado Rodrigo Grossi, nadie se hace eco de la necesidad.
Saldremos de Llanes siguiendo la carretera AS 263, que actualmente cuenta con una buena acera que facilita el tránsito a los peatones.
Al llegar a la localidad de Poo, cuna de muchos indianos que levantaron en su localidad natal hermosas mansiones, doblando por la carretera que va hacia la playa, y abandonando las señales del camino, tomaremos la senda costera por la que nos acercaremos a Celorio.
En Celorio fundo el matrimonio formado por Alfonso Suárez y doña Cristilde, en el año 1107 el monasterio benedictino de San Salvador.
De su primera fábrica románica conserva la torre y una portada interior, ambas integradas en el edificio monástico levantado en el siglo XVIII..
Se pasa a continuación por la playa del Borizu, antes de alcanzar Barro, localidad costera de servicios turísticos.
La senda discurre cerca de su bonita playa y bordea la ría del mismo nombre a cuya orilla se encuentra la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores, construida en el año 1788, que se refleja en las remansadas aguas de la marisma.
Enseguida se alcanza el caseríos de Niembro, donde se retoma el camino para llegar al monasterio de San Antolín de Bedón y la cercana playa.
El monasterio aparece situado en el fondo del valle por el que discurre el río. Con orígenes oscuros y legendarios, las primeras noticias fehacientes del mismo, datan de la primera mitad del siglo XII.
Únicamente se conserva su iglesia de estilo tardo románico con influencias góticas y algunas edificaciones monacales del siglo XVIII, todo ello en un lamentable estado de abandono.
Continúa el camino por Naves y Villahormes, donde se localiza el conjunto palacial de la Espriella, del siglo XVI.
Ya cerca de Nueva podía el peregrino contemplar la torre de San Jorge, solar de la familia Duque de Estrada, en torno a la que en el siglo XVII, se construyó el actual palacio de los condes de la Vega del Sella.
Nueva, la antigua capital del valle de San Jorge, es el mayor pueblo entre Llanes y Ribadesella. Tuvo en época moderna una venta y hospital para albergar a los peregrinos en tránsito, bajo la advocación de Nuestra Señora de la Blanca.
Diremos como nota curiosa que una de las anotaciones de los libros del albergue, corresponde al nacimiento y bautizo en la iglesia parroquial de una niña llamada Teresa Silvestra, hija de dos peregrinos alemanes.
Sería Nueva un buen final de etapa, pero la distancia desde Llanes es muy corta y llegar hasta Ribadesella la alargaría demasiado, así que continuaremos camino por Piñeres de Pría, donde hay un pequeño albergue hasta la aldea de Cuerres, donde finalizaremos la etapa.