De León a Santiago

De León a Santiago

La Pulchra Leonina

 

Durante los siglos siguientes, la desviación a San Salvador a partir de la ciudad de León, es el camino más frecuentado por los peregrinos que no quieren dejar de visitar al Señor, antes o después de haberlo hecho al «Servidor». Únicamente retraen a los devotos, las grandes penalidades que supone el realizar esta caminata a través de los montes de Pajares y Valgrande, difíciles, inhóspitos y solitarios, expuestos a todos los peligros. Así en el año 1501, hay noticia del viaje realizado por el Señor de Montigny y varios compañeros, que escriben con referencia a este camino: «Muchos peregrinos temen pasar, para ir a Santiago, porque es mal poblado y estéril y mucho más montuoso que el otro».

Parte el camino hacia San Salvador desde el Hospital de San Marcos, siguiendo la orilla izquierda del río en dirección norte, hacia Carvajal de la Legua, La Robla y La Pola de Gordón. Por Buiza se coronaba La Collada para, desde allí bajar a la Real Colegiata y Hospital de Arbas, lugar de acogida y refugio en aquellos desolados parajes de clima extremo y difícil. Después de coronar el Puerto de Pajares, desciende el camino hacia Puente de los Fierros para seguir, ya por el valle, hacia Campomanes y la Vega del Ciego. Poco antes de llegar a Pola de Lena, pasa el camino muy cerca de la prerrománica iglesia de Santa Cristina. A continuación se encuentra Ujo y la villa de Mieres, llamada «del Camino». A partir de aquí, comienza la subida al alto del Padrún, pasando antes por el lugar de Copián. Se desciende al valle por el que discurre el río Nalón, donde encontramos Olloniego, ya en el Concejo de Oviedo. Desde Santiago de la Manjoya, ya el peregrino divisa la torre de la catedral, a la que llegará poco después por el barrio de San Lázaro, San Cipriano y La Puerta Nueva.

Otro itinerario alternativo, posiblemente menos frecuentado, pero del que hay igualmente numerosos testimonios históricos es el que lleva desde León a Boñar y Lillo, para subir al Puerto de San Isidro y descender por la vertiente asturiana al valle de Aller, hasta Ujo, donde se une con el Camino de Arbas.

Colegiata de Santa María de Arbas del Puerto

La vinculación de San Salvador con Santiago de Compostela, permaneció así hasta entrado el siglo XIX, a este respecto Juan Uría Riu escribe «… y todavía se decía a principios del siglo XIX. El estribillo, tiene antecedentes bien antiguos, pues la Nouvelle Guide, impresa en París en 1583, dice también al reseñar el camino de León a Oviedo:

Quien va a Santiago
Y no a San Salvador
Sirve al Criado
Y deja al Señor.

Qui a esté a Saint Jacques
Et n’esté a Saint Salvateur
A visité le serviteur
Et a laissé le seigneur

 

Todavía podemos considerar más antigua la vigencia de esta popular sentencia, y así vemos que cuando, en agosto de 1539, el peregrino italiano Bartolomé Fontana llega a León, dice: Qui mi disposi andar a visitar lo Santo Salvatore, perché so gliono dire li Peregrini, che chi va a s. Giacobo, e non a s. Salvaatore, uisita il seruo, e lascia il signore».

Imagen de El Salvador, titular de la Sancta Ovetensis