Unquera-Llanes

El perfil de esta etapa tiene algunos altibajos, quizás el mas acusado sea el que hay que afrontar nada más salir de Unquera, para ascender desde Bustio hasta la llanada en la que se encuentra Colombres. La altuta máxima pasa muy poco de los 120 metros.

 

            La longitud tampoco es demasiada. A partir de Buelna  nos apartaremos  ligeramente del camino histórico para tomar la senda costera, lo que nos evitará algunos kilómetros por el peligroso arcén de la carretera. La variante está señalada en el mapa y parece que también está  bien marcada sobre el terreno.

 

A la salida de Unquera cruzamos el río Deva, frontera natural entre Cantabria y el Principado. Hasta que se construyó el primero de los puentes, el paso del río no quedaba más remedio que hacerlo en la lancha, que se tomaba en el embarcadero que existía en el Pozo del Angel, situado a poca distancia río arriba.

 

            Bustio es la primera localidad asturiana que se encuentra en el camino, y desde aquí comienza la subida por la llamada Cuesta del Canto, hacia Colombres.

            A la orilla del camino encuentra el peregrino una pequeña capilla de ánimas.

 

            Colombres es la capital del concejo de Ribadedeva, que junto con las dos Peñamelleras formaron parte, desde el siglo XIII de la región cántabra y no fueron reintegradas al territorio asturiano hasta el año 1834.

            La capital del concejo fue hasta el siglo XIX una pequeñísima aldea. Martínez Marina escribió que su iglesia de Nuestra Señora de la Asunción que era de “mui miserable construcción y de tan corta extensión que no cabía en ella el vecindario”

            A partir de este momento, la pequeña aldea se convirtió en una moderna villa, gracias a la filantrópica labor de los indianos, cuyo ejemplo más ilustre sería el banquero Manuel Ibáñez, Conde de Ribadedeva.

 

            La quinta Guadalupe, actualmente sede del Archivo de Indianos, es la más lujosa de las  magníficas edificaciones levantadas por los emigrantes a América. Fue construida en el año 1906 por Iñigo Noriega Laso.

 

            Una vez dejada a tras la villa de Colombres, se llega enseguida a la ermita del Santo Cristo de El Bao, santuario de gran devoción en la zona, en el que un ermitaño mantenía encendida una luz durante la noche para orientar a los caminantes e indicarles el lugar donde podían acogerse.

 

            Hay que andar a continuación por la carretera N634 hasta La Franca, donde se dejará para circular durante un breve trecho por la AS 346, que va hacia Tresgrandes.

 

            Cuando ésta empieza a girar a la izquierda, el camino continúa en línea recta y baja hacia el puente del Campo, para cruzar el río Cabra, que fue límite interprovincial hasta el siglo XIX y lo es ahora  entre los concejos de Ribadedeva y Llanes.

 

            Comienza ahora la suave subida hacia Santiuste y la antigua venta localizada en este lugar, en la que, al igual que otros muchos viajeros, se hospedó Jovellanos en el año 1791.

 

            Alternando ahora pequeños trozos de carretera con caminos paralelos a ella, se alcanza la localidad de Buelna, donde se conservan bellos ejemplos de arquitectura tradicional con los característicos corredores y la casona del siglo XVIII, conocida como palacio de Buelna.

 

            Seguiremos a partir de Buelna la senda costera  que nos apartará un poco del camino tradicional que discurre por las bonitas  localidades de Pendueles, Vidiago, Puertas de Vidiago y San Roque del Acebal.

 

            A cambio nos proporcionará un camino mucho más tranquilo, lejos de la carretera N 634, con peligrosísimos arcenes y las incomodidades propias de la cercanía del abundante tráfico.

 

            Nos acercará a las playas y a la zona de los “bufones” que podremos ver de cerca si las condiciones del mar son apropiadas.

 

            La senda costera pasa muy cerca de las localidades de Andrín  y Cué y antes de entrar en la villa de Llanes, junto a la capilla del Santo Cristo del Camino, en la que se custodia una milagrosa imagen de Cristo crucificado a la que dedican gran devoción en la zona. La capilla fue reedificada en el año 1599 por el arcipreste don Pedro Sánchez de Llanes.

 

            La villa de Llanes obtuvo su Fuero en el siglo XIII, durante el reinado de Alfonso IX, y comenzó entonces la construcción de su muralla, que tuvo en su origen más de 800 metros de perímetro y contaba con cuatro puertas principales.