Escalante-Santander

Empieza el camino en subida durante los 12 kilómetros iniciales, aunque los desniveles siguen siendo muy suaves, porque el punto de más altitud está a unos 100 m. El resto de la etapa es en bajada hasta llegar al nivel del mar en Somo

 

            Este último tramo se hará en las lanchas de línea regular que atraviesan la bahía.

            Pueden tomarse en el embarcadero de Somo, o pasar andando el puente sobre la ría y hacerlo en el de Pedreña.

 

            Los sábados y festivos, entre las 12 del mediodía y las 6 de la tarde, las lanchas hacen la travesía cada media hora, después hay una salida a las siete y la última del día a las 8 de la tarde. .

            El precio del viaje es de 2,20 €.

 

El itinerario de hoy resulta bastante confuso entre las distintas publicaciones que consultamos para trazarlo. La guía preparada por la Asociación de El Astillero y publicada en 1999 por el Gobierno de Cantabria, presenta un número muy abundante de alternativas y desvíos, que sin duda responden al deseo de facilitar el paso del peregrino por lugares todos ellos interesantes, pero que hacen el recorrido demasiado sinuoso a nuestro entender.

            Escogeremos el que nos parece más sencillo y directo, sin apartarnos de la ruta tradicional.

            Hay que tener en cuenta, por tanto, que en determinados momentos podemos encontrarnos con señales que siendo del camino, no se corresponden con nuestro itinerario.

            Poco después de dejar Escalante, por la carretera local que va hacia Castillo, se presenta la primera alternativa: las flechas indican un desvío a la derecha que va hacia Noja, no debemos de seguir esta indicación. Hay que continuar por la carretera y subir el pequeño alto de El Portillo, hasta que se alcanza una rotonda en la que se debe de tomar la dirección a San Miguel de Meruelo.

            Estamos  cruzando tierras de la antigua merindad de Trasmiera, región de origen de algunos de los maestros de obras que participaron en las  de la catedral de Oviedo, desde el siglo XVI, como los Cerecedo o Melchor de Velasco.

            Una vez rebasado San Miguel, en el barrio de Solorga, un viejo puente de tres arcos , permitirá cruzar el río Campiazu y por un intrincado laberinto de caminos hay que dirigirse hacia Bareyo. En caso de duda no será mala solución seguir carretera adelante.

            Una imagen del Sagrado Corazón recibe al caminante. La iglesia de Santa María de Bareyo, queda un poco alejada del núcleo urbano, por la carretera de Ajo, pero si hay tiempo merece la pena acercarse. Desde allí se divisa una bonita panorámica sobre la ría.

            Entre Bareyo y Güemes, después de pasar junto al camping de Los Molinos, hay que salvar otro pequeño laberinto de carreteras locales y caminos vecinales.

            Güemes es un núcleo rural bastante desperdigado. La localidad se ha convertido en un hito del Camino del Norte, gracias a la personalidad de Don Ernesto, el párroco local y protector de los peregrinos, que ha convertido su casona familiar en un magnífico albergue, una notabilísima excepción dada la escasez de lugares de acogida de estas tierras. El albergue queda un poco apartado de lo que podríamos llamar centro de Güemes, pero bien merece la pena conocerlo.

            Desde el albergue hay que bajar a la carretera y continuar por el asfalto hasta alcanzar la localidad de Galizano un diseminado grupo de casas y chalés, alrededor de la iglesia de Nuestra Señora de Galizano.

            A partir de la iglesia un cómodo carril bici que discurre paralelo a la carretera autonómica nos llevará hasta Somo, pasando antes muy cerca del santuario de Santa María de Latas, lugar de gran devoción en esta zona de Cantabria.

            El privilegiado emplazamiento de Somo, con una gran playa y preciosas vistas sobre la bahía de Santander, han convertido a la localidad en uno de los lugares preferidos de turismo y veraneo

            Aquí tomaremos el barco para llegar directamente a la capital montañesa, aunque esta ruta nos impida pasar, como nos gustaría,  por la sede de la Asociación de nuestros buenos amigos de El Astillero y Guarnizo, pero el bordear la bahía santanderina supondría casi dos jornadas mas de camino.

            La lancha nos dejará prácticamente en el centro de Santander, muy cerca del Paseo de Pereda y de la catedral..