Cartavio-Figueras

Discurre esta etapa por los cuatro concejos más occidentales de la costa asturiana, para finalizar a orillas de la ría del Eo, justo a las puertas de Galicia.

Recorre primero el último trecho del concejo de Coaña, cruza a continuación los de El Franco, Tapia y finalmente el de Castropol.

 

El perfil, como se refleja en el gráfico, es mucho menos accidentado que el de las etapas anteriores

 

Para recorrer los escasos 4 km que separan a Cartavio de La Caridad, el camino discurre apoyándose continuamente en la carretera nacional que alterna con constantes entradas y salidas para evitar en lo posible los incómodos arcenes.

Apenas dos kilómetros después de la salida, se  deja el concejo de Coaña para entrar en el de El Franco y alcanzar enseguida la capital municipal,  la villa de La Caridad. El topónimo lo relaciona Juan Uría con la hospitalidad y la peregrinación. La parroquia está dedicada a San Miguel.

 

A la salida de La Caridad hay que tomar un camino que desde la carretera sale a la derecha, en dirección al mar, baja hasta el río, asciende hasta una carretera local y cruza en un par de ocasiones la nacional antes de llegar a  Valdepares, pueblo de diseminado caserío, donde se celebran fiestas en honor de su patrón, San Bartolomé y el día del Corpus.

Se alcanza a continuación El Franco y poco después Porcía, ya en el municipio de Tapia de Casariego, a donde se llega por un camino que desciende hasta el centro de la aldea, donde se cruza el río por el viejo puente, del que Antoine Jouvin, en 1672, decía que “era un gran puente de piedra”. En las inmediaciones se levanta la capilla de Los Remedios, lugar de gran devoción de los lugareños.

 

A partir de aquí se presentan al peregrino dos rutas posibles: una es continuar hacia Tapia de Casariego y seguir después la carretera hasta Barres.

 

La otra, más tranquila y apartada de la carretera nacional, gira hacia la izquierda alejándose de la costa y se encamina por pistas y sendas tranquilas hacia Tol, pasando antes por la aldea de Brul,ambas localidades ya del concejo de Castropol.

 

Un documento de mediados del siglo XV, da testimonio de la antigüedad de esta ruta, pues al realizar un aforo dice que la propiedad está situada junto al “Camino Francés que va a Tol”

También se documenta en Tol, en  época altomedieval  un monasterio bajo la advocación de Santa María, que más tarde cambiaría por la de San Salvador.

Un poco apartado del camino se sitúa el lugar de Ferradal, donde se encontraba la malatería de San Lázaro, a la que podía acogerse cualquier peregrino que sufriera de lepra.

 

Después de Tol, por pistas y carreteras locales, que recorren un terreno prácticamente llano y  por el que es fácil andar, se alcanza la localidad de Barres, con parroquia dedicada a San Esteban y ya muy cerca la villa de Figueras, a la orilla de la espléndida ría del Eo.

 

Encontramos en esta zona occidental de Asturias, muchas parroquias bajo la advocación de Santiago, como si al acercarse a las tierras gallegas, fuese creciendo la devoción al Apóstol. Así sucede en dos muy próximas como son las de Figueras y Castropol, o la cercana de Abres y otras situadas más al interior como las de Pesoz o Boal.

 

Figueras, junto con Castropol, la capital municipal, son los dos núcleos más poblados del concejo. Asomadas ambas a la ría, participan de las actividades relacionadas con el mar, como la pesca,  el cultivo de ostras y almejas, la construcción naval en los Astilleros de Gondán o en un par de talleres  de carpinteros de ribera, que construyen embarcaciones de madera al estilo tradicional.

 

La villa cuenta con algunos notables edificios, como el palacio de los Pardo Donlebún, del siglo XVI o el chalet palacete de Granda, de estilo modernista, diseñado por un discípulo de Gaudí y convertido ahora en el hotel Peñalba.

La iglesia parroquial de Santiago, levantada en el siglo XVIII, fue hospital de peregrinos.

La cercana ermita de La Atalaya, cuenta con gran tradición marinera, allí se celebra romería en honor de San Román y la gran fiesta de la gente del mar en honor de la Virgen del Carmen.

Para la defensa de la estratégica entrada a la ría, contaba la comarca con el fuerte de Arroxo, capaz de cruzar su fuego de artillería con el de San Damián, situado en la orilla gallega.