La Isla-Villaviciosa

En esta etapa ya empieza el camino a apartarse de la costa.  Aunque el trazado discurre cercano, tanto a la carretera N 632 como a la autovía A 8, recorre en su mayor parte, pequeñas carreteras local.

 

            En cuanto al perfil, como se aprecia en el gráfico, es en general de ligera subida, con un solo tramo, a partir de Pernús, de ascenso más fuerte pero de poca longitud, hasta superar el alto de la Cabañona.

 

A partir de La Islael camino sigue por los lugares de Bueño y Covián, en una trayectoria casi paralela a la carretera nacional, con la que converge a la llegada a la capital del concejo de Colunga.

            La villa, fundada por Alfonso X en la segunda mitad del siglo XIII, conserva muy escasos vestigio de sus primeros tiempos, únicamente algunos elementos románicos en la primitiva parroquial de San Cristóbal, que hoy es la capilla del cementerio.

            En el siglo XVI la Cofradía de Santa Ana, integrada por los miembros del Gremio de Mareantes del cercano puerto de Lastres, tuvo en Colunga un hospital de pobres y peregrinos, situado en el centro de la villa, donde aún permanece, aunque muy reformada, la capilla.

            De la misma época es el palacio de los Alonso Covián, y de los siglos XVII y XVIII algunas de las  casas soportaladas. El edificio del Ayuntamiento, fue levantado en el año 1926 sobre el solar que ocupó una antigua venta.

 

            Hay que recorrer el núcleo urbano por la calle de Grande Covián, antigua calle Real, para descender del pequeño promontorio donde se sitúa la villa, hacia el río Libardón y tomar, durante un corto trecho la carretera de Infiesto, antes de girar a la derecha y tomar la que llevará al caminante, por un largo tramo de asfalto hasta Pernús, tras pasar por el caserío de Conlledo y muy cerca de la aldea de Beldredo.  

           

            La iglesia parroquial de San Pedro de Pernús, ya se menciona en una donación del año 921 y en el año 1090, está documentada una “villa de Pernús” a la que estaban adscritos seis siervos moros, donados en dicho año, junto con la explotación, a la iglesia de Oviedo por el magnate local Fortes Sanxiz.

 

            Continuando por la misma carretera se alcanza La Llera, cuya iglesia parroquial, que  gozaba de la condición de iglesia de asilo, está dedicada a San Antolín, el santo francés patrón de los cazadores.

            Es este tramo de fuerte ascenso, hasta alcanzar el collado de la Cabañona, que marca el límite entre el concejo de Colunga y la antigua jurisdicción de Maliayo.

            Ya en la bajada, dando frente al espectacular paisaje de la ría de Villaviciosa, se encuentraPriesca, con su interesantísima iglesia prerrománica de San Salvador, consagrada en el año 921.

 

            Después de Priesca continúa el descenso aprovechando pequeños tramos de camino que evitan las curvas de la carretera, para llegar al pequeño caserío de  La Vega, donde se gira a la izquierda para seguir los caminos por los que se llega, tras pasar bajo la autovía,  primero a la iglesia de Santa María deSebrayo, que es obra del románico rural del siglo XIII y después al pueblo del mismo nombre.

            En el pueblo, la antigua escuela rural ha sido convertida en un acogedor albergue de peregrinos, que suple la carencia de algún establecimiento de acogida en Villaviciosa, aunque con el inconveniente de que en el lugar no hay ningún servicio, por lo que el peregrino que haga uso de él, debe de llevar previstos sus medios de subsistencia.

 

            A partir de Sebrayo, la construcción de la autovía ha convertido, en un pequeño galimatías el camino para llegar a Villaviciosa. Aproximadamente un kilómetro después del albergue hay que tomar un desvío que lleva al túnel que pasa bajo la autovía, que se deja entonces a la derecha.

 

            Más adelante habrá que cruzar de nuevo, por un puente, las dos calzadas de la A 8, para alcanzar la carretera N 632 y llegar por ella a   Villaviciosa, la antigua puebla de Maliayo, que tuvo a partir del siglo XIII, su recinto amurallado, con cuatro puertas de acceso, al que los peregrinos accedían por la llamada Puerta del Mercado Viejo.