Oviedo-Avilés

El perfil presenta una pequeña subida  poco después de dejar el casco urbano de Oviedo, para alcanzar la media ladera del monte Naranco. Baja a continuación hasta Posada de Llanera, para subir después hasta el alto de La Miranda y descender primero con rapidez y después más suavemente hasta Avilés.

 

            Hasta que se desciende de La Miranda  se transita por caminos o pequeñas carreteras locales. Después, en el último tramo, mientras los ayuntamientos de Llanera y Corvera no  habiliten un camino mejor, hay que seguir la carretera, que actualmente ya cuenta con acera en gran parte de su longitud.

 

Comienza este camino, o mejor continua, – igual que lo harían los antiguos peregrinos que retomaban el camino costero, después de visitar al Salvador –  delante de la catedral para bordear el monasterio de San Pelayo por la calle del Aguila  y salir de lo que fue recinto amurallado por la puerta de Gascona.

            Al final del barrio extramuros, donde se asentaron algunos de los muchos peregrinos franceses que vinieron a Oviedo, se encuentra la fuente de Foncalada, datada hasta ahora, en el reinado de Alfonso III.

            Hay que cruzar la calle del General Elorza y continuar por la de Pumarín antes de girar a la izquierda por la Avenida de Pando.

 

            Tras pasar bajo el puente de la autovía y del ferrocarril, un brusco giro a la derecha lleva a un camino de hormigón que pasa ante el convento de Santa Gema, y tras fuerte subida vuelve a salir a la pequeña carretera muy cerca del lavadero y fuente de Fitoria, una de las cuatro que desde la sierra del Naranco surtían de agua a la ciudad y en la que las tradicionales lavanderas de la zona lavaban la ropa de las señoras ovetenses.

 

            Después de pasar los depósitos de agua de Cuyences y seguir el camino a través de un bosque de eucaliptos, al llegar a una  pista hormigonada que gira en ángulo recto a la derecha, comienza el camino para descender hacia el Puente de Cayés, por el que se salva el maltratado río Nora, que sirve de límite, durante gran parte de su curso, entre los municipios de Oviedo y Llanera.

            Junto al río se levanta la casa solariega de los Campomanes-Díaz Maldonado y muy cerca, al lado del viejo puente, se conserva la capilla barroca, que alberga en su interior el panteón familiar.

 

            Un pequeño recorrido por la carretera local, lleva a pasar muy cerca de la iglesia parroquial deCayés, dedicada a San Martín, donde hay que tomar el camino que sale a la izquierda y seguirlo en un largo trecho, por el que se llegará a la carretera de Ables y poco después a la AS17 muy cerca ya dePosada, la capital del concejo de Llanera, un importante territorio de la Asturias transmontana desde la invasión romana, en el que muy cerca del actual Lugo se sitúa la civitas de Lucus Asturum.

 

            A partir de Posada comienza la subida al alto de La Miranda y a continuación el descenso haciaVillardeveyo, cuya iglesia de San Miguel remonta su fundación al siglo IX, aunque su fábrica actual es del XIX y solo se conserva de su obra primitiva una pequeña ventana.

            Se entra enseguida en el concejo de Corvera de Asturias y comienza el tramo más desagradable de la etapa, ya que de momento no hay más remedio que utilizar el arcén de la carretera AS 17, por la que se circula con mucha incomodidad y bastante peligro. (Actualmente este tramo ya se facilita con una acera que lo hace más cómodo y menos peligroso)

 

            Esto será así hasta que las autoridades municipales de Llanera y Corvera, como tienen prometido, se decidan a habilitar otra senda más apropiada, que seguro que la hay, aunque tenga que ser algo más larga, incluso facilitando el paso por la bonita iglesia románica de Santiago de Arlós.

            Un poco apartada de la carretera se encuentra la aldea de Solís, en cuya iglesia de Santa María se instaló tras la desamortización,  el precioso retablo barroco procedente del monasterio de Santa María de la Vega de Oviedo.

 

            Poco más adelante se cruza el pueblo de Cancienes y después Nubledo, la capital municipal, donde puede verse la casona palaciega de los Bango y la de los Solís. Se encuentra a continuación la ermita de La Consolación, obra del siglo XVII y tras pasar por los lugares de Los Campos y Las Vegas, se entra en el concejo de Avilés, cruzando la zona residencial de Villalegre y el barrio de Versalles.

            Todo este tramo ya es un recorrido completamente urbano, dada la gran expansión de la villa avilesina.